7.
Exterior día.
– No te gusta el ruido, tampoco los gritos. –
Y hacen mucho. Como el eco que suena y resuena en ese vacío que se llena de pájaros. Pájaros que, con el aleteo, diseminan veneno, igual que hay mentiras que, si se cuentan mucho y bien, acaban por convertirse en -media- verdad. O eso dicen.
Los deshabitados siempre creyeron que el mundo es suyo.
Quizás porque nacieron bebiendo impunidad. La que no se les atraganta cuando apelan a la libertad, tatuándola de privilegios. O viceversa. Siempre ha habido clases, claro.
– Pero respira, no te aceleres. –
También los hay que vuelan en la sombra de los árboles con sólo mirarlos.
Ahí, se escucha un mundo no apto para todos.
Mientras, los deshabitados, arañan a una patria que ponen en peligro.
El tiempo de todos, también el tuyo.
– Vuestro tiempo, piensas. Ése que aún, no puedes compartir. –
Y escribes, más aún. Muy alto, muy fuerte.
¿Cómo sería el mundo sin que nadie quisiera ser por encima de nadie?
Para la vidia, contra la envidia, se necesitan:
- Un extra de conciencia y coherencia.
- Nieve de finales de abril, a falta de las flores de mayo.
- Ocho respiraciones profundas.
- El recuerdo del último beso que se dio sin miedo.
Se lleva a ebullición.
Se reserva, dejando enfriar.
Se recomienda no mirar con exceso de inquina las bajas pasiones que se acumulan en un bote de cristal junto al desagüe.
Y así, se bebe el caldo de a poquito, cuando pesen las ausencias y falten las primaveras.
Pero, sobre todo, cuando sobren los odios de los deshabitados.
Advertencia: no hacerlo nunca a medianoche; se congela el tiempo que no es de nadie, pero seguirá siendo de todos.
– Bébeme. Dices. Y bebes. –
(Continuará).
(Nos despedimos en invierno y nos encontraremos en verano. ¿Qué habrá sido de nuestra primavera?).
Feliz día das letras galegas.
BSO. O Maio. Luis Emilio Batallán, C. Enríquez.
Tristeza de tantos deshabitados….gran entrada.
La primavera del 2020 que se encerró en una botella cual genio esperando a ser acariciada para verse salir y cumplir tres deseos;
– Que la distancia sea mas corta.
– Que el tiempo mas llevadero.
– Que se quede mas rato impreso el perfume del otro y el sabor de sus besos.
La Primavera no se ha perdido; se ha embotellado como la conserva de tomate, pimiento o mermelada.
Interesante receta, dan ganas de ponerla en práctica para olvidar a tantos deshabitados que parece que surgen como champiñones en el campo.
Ojalá esas mentiras no se conviertan en verdades ni siquiera en medias y que ese aleteo de los pájaros se convierta en un huracán que se lleve a los deshabitados a otras realidades lejos de esta.
Un placer seguir este cuento lleno de ventajas.
Este año la primavera ha decidido darse una vacaciones seguro que vuelve de ellas más florida y hermosa.
Genialidad, como condensar en una palabra » deshabitados» tanto