13 y último.
Y la cruzas.
Atraviesas la puerta, los portazos y los ruidos.
Siguen volando aviones de papel. Los niños, y no tan niños, corren detrás de ellos.
Cuentan que los deshabitados desaparecieron como si fueran una nube de polvo de tanto acumular invisibles. Líquidos, monetarios y contagios.
También las palabras de los aviones vacíos que escondieron en sus despensas.
En ellos, mágicamente, se escribieron sus legados, cediéndolo todo a quienes llenaron sus cazuelas cuando tuvieron hambre. Quienes sí pudieron leer los mensajes secretos a escondidas.
Hubo de todo.
Desde paciencias hasta breves declaraciones de amor -finito-.
Dijeron que la magia podía ser tramposa.
Como los hechizos, como la envidia.
Recetas, hubo muchas.
Y el mundo no dejó de girar.
Aunque aún no supieras cuál era el secreto mejor guardado que seguía volando.
Que tomaría el cielo -y tu cuello- por asalto.
– Y ahí lo tienes, a tus pies. –
El avión que, como la mejor casualidad, quizás, te estaba esperando.
Miras hacia los lados. No hay nadie.
Te ha caído a ti, piensas.
Lo recoges y lo abres.
Lees.
Vuelves a leer.
Miras de nuevo a ambos lados.
Vuelves a leer esas tres palabras que se te atraviesan como un mal chiste.
Ése, que, sin embargo, acaba con todo:
Fin del simulacro.
The end.
¿Qué haríais con lo aprehendido y lo aprendido?
“[…] toda verdad tiene una estructura de ficción. Lacan.”
Imagen: Autor desconocido.
BSO. Laura, Charlie Parker.
Los «nadie’s» se alzan como nunca antes y esta anormalidad accidental de meses despierta a los «siempre callados».
Algunos blancos cobardes que abusan, tintan a los grises de rojos y los torna en negros coléricos anexionados a otros puños internacionales de otros colores y se cantan canciones radicales de versos que ensalzan a Angela Davis, a Assata Shakur y a tantas otras.
Comienzan infructuosamente y con el efecto justo contrario por parte de las autoridades monocolor las prohibiciones de gritos y pasiones humanas y se ven carteles de protestas «YA NO MAS DESHABITADOS».
Los «olvidados» se sacan de las necrológicas y enarbolan sus consignas antes enterradas. Hay mucho Mundo que no quiere volver a ser «normalidad».
Los productos de la normalidad quieren dejar de ser productos y han caído en la cuenta de que la normalidad los asfixia.
El amor puede ser infino.
Como la lista de agravios a los deshabitados.
Hoy es hora de recordar la «Memoria del cuero «, Los cantos negros del Perú»,
a «Negrita Martina «,
a Harriet Tubman, a Billy Holliday, a Nina Simone, a Bernice Reagon,
( todas mujeres como Angela Davis ),…
a Malcom X, a Elridge Cleaver, a George Jackson, …. a Martin Luther King.
Y a todos los deshabitados y desencotrados de la Historia.
Son legión, son millones.
Ellos sí merecen una cacerolada permanente.
Repetía el viejo Pete … » Piensa globlamente, pero actúa localmente »
EL Viejo Topo
Ha sido una delicia volver a escuchar la música en tus palabras, a través de estos cuentos llenos de ventajas, en esos aviones de papel llenos de anhelos, en esas palabras que tienen efecto de hechizo y que son el alimento de tanta ausencia