81. Hilachas lejanas.

IMG_9820

 

hilacha

 

  1. f. Pedazo de hilo que se desprende de la tela. U. t. en sent. fig.
  2. f. Porción insignificante de algo.
  3. f. Resto, residuo, vestigio.

descubrir, o mostrar alguien, la hilacha

  1. locs. verbs. coloqs. Dejar ver sus intenciones o defectos.

 

Real Academia Española © Todos los derechos reservados

 

 

Hubo personajes que nacieron de darle vuelo a la hilacha.

Refrán mejicano que describe la actuación despreocupada de actos de destruyen o desgastan el tejido sin pensar en consecuencias.

Son los personajes los hilos que alimentan los textos, los que tejen las historias.

Se los encuentra en cualquier parte. A algunos se los rescata de un sueño, a otros se los conoce en persona. Éstos últimos aparecen en cualquier lado: algunos del seno familiar; de un recuerdo de la infancia; otros se encuentran un atardecer en un aeropuerto lejano.

Lo importante es desenmarañarlos de los dobladillos, siempre.

 

Existen:

Los personajes patrón: allí donde no manda marinero y se encorsetan arquetipos como medidas tatuadas en la piel. Patrones, sean plantillas u originales que se trasladan al tejido y enjambre de personajes para convertirlos en prendas, las fundamentales.

Los personajes sastre: aquellos que confeccionan y sostienen la estructura de la trama porque nudo que el sastre no dio, puntada que se perdió.

Los personajes orillo: o remates naturales, porque del dicho al hecho, hay un trecho. Son aquellos que evitan que los demás se deshilachen, no son ni el principio ni el final de la pieza.

Los personajes dedal: esos que ayudan, que están, a los que se coloca -injustamente- en el lugar de dar para no dejarlos desmarcarse, y que cuando quieren hacerlo, generan conflicto, sin olvidar que costurera sin dedal, cose poco y cose mal.

Los personajes aguja: bien conocidos por ser tan improbables como una aguja en un pajar, asaltan costuras para desangrar-nos y pueden acabar pinchando de más.

Los personajes hilacha: cabos sueltos que se enganchan en la trama, son aquellos desprendidos que se convierten en enredo o misterio y demostrando que la espera, desespera y que quien calla, no necesariamente otorga.

Los personajes alivio: son aquellos que no duelen prendas, alivio de luto en muchos casos, vestiditos de azul marino y colores oscuros, como marcan los protocolos.

Los personajes tara (cebo o pecado): quizás los más peligrosos, aquellos que aparecen dando ganas de hincarles el diente con apariencia deseable y desaparecen sin explicaciones, que a hierro matan, y a hierro mueren, reventando los más delicados e improbables hilvanes.

 

Hay personajes de todo tipo, aquellos puramente ortodoxos, o los que son un enorme paisaje, un tejido propio en sí mismos. Los hay que, incluso, logran tejerse a sí mismos construyendo sus propias tramas y urdimbres al otro lado de los que nos abordan a un lado del teclado, de la imaginación o de misteriosas, incluso irrespetuosas, desapariciones.

 

Puede que en el fondo todo sea eso, que vayan desfilando hebras sueltas, algunas llenas de ausencias y distancias, otras se dejan rozar y acaban por ser aquellos de los que escribir, a los que hacer felices o a los que hacer sufrir apretando bien fuerte los dobladillos hasta dejarlos sin aliento. Porque, queridos entramados, ésa es la maravilla de las historias, que ponen voz y nombran todo aquello que las hilachas lejanas silencian, niegan, reniegan y rehúyen.

A su salud, pecadores.

BSO. Sinnerman, Nina Simone.

 

21. Diccionario de infamias.1.

boca santa teresa Bernini

infamia.
(Del lat. infamĭa).
1. f. Descrédito, deshonra.
2. f. Maldad, vileza en cualquier línea.
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Infamias hay en todas partes.
El lenguaje se alimenta de ellas a diario, pobre.
Y el glamour que se le presupone a la moda, no está –ni de lejos- exento.
Descréditos, réditos volátiles de la deshonra, del oficio y de ese lado oscuro que llaman picaresca, en esta ancha –muy, muy ancha- castilla peninsular.
Pero mientras, vamos digiriendo, que no dirigiendo, estas indigestiones, de lo que fueron, o lo que aún son, algunos palabros que merecen mención especial.

Así respira el sector, entre invenciones.
Porque sí, aún lo hace, pobre, como el lenguaje, a trompicones, sobreviviendo a pesar de los desastres, a los improperios, incluso a los insultos y ofensas a los que se somete a diario.
Desde la vileza del término de los “estampados tontos” (dicho de topos, o pequeños dibujos, que me inspiran cierta ternura y empatía, no lo puedo evitar) eso sí, “muy comerciales”, a los que son perfectos para el ALIVIO.

ejemplo de estampado "tonto"

ejemplo de «estampado tonto» pero comercial

Aquí me detendré unos instantes.
El concepto “alivio” quizás en el 2014 es ajeno.
La realidad es que vivimos en un país, en el que aún, en algunos lugares, se mide la tristeza por la mirada ajena de un luto. El riguroso negro se “alivia” con el tiempo, suavizándolo con otros tonos oscuros (marinos, grises y marrones) o con alguna nota de un ligero blanco.

Y esto sólo para abrir boca, ahora entramos con los platos fuertes.
Aprendemos de un lugar, terruño ponzoñoso, donde se maltrata lo desconocido y nacen expresiones como hongos, desde un aire de superioridad y desprecio de ese decorado rancio que aún existe… ¿Te enteras, guapa? -Perdón, ¿es a mí?-.

Y del pasado de grandes glorias, escucho como el patchwork se convirtió para muchos en Passport –y no por los viajes fronterizos, sino más bien los que vaciaban botellas en partidas infinitas de póker cada viernes para cerrar las arcas de la semana- y de una labor de retazos; a resacas indigestas que a veces, aún les duran.

10-garrafa-vazia-de-whisky-passport-scotch-9279-MLB20014068583_122013-F

de como el patchwork derivó a Passport

Pero no sólo de licores vive el hombre, algo tendrá que meter a sus caros estómagos, ésos de quien hace mucho dinero y muy rápido y se olvida de culturizar algo más que sus apetitos. O también podríamos permitirnos creer en una ingenua confusión –tal vez fueran las horas del aperitivo las que jugaran la mala pasada- de llamar Whopper a una bomber.

whopper

bak ay Tintoretto PV14

Bomber de Bak Ay para Tintoretto (uno de nuestros tejidos estrella de la temporada PV’14)

Esos rugidos de tripas en las salas de espera de El Corte Inglés…
Algo así como hacer de una denominación de origen, una prenda. Más rugidos para convertir un pantalón pitillo en uno piquillo. Fantástico, sin duda.
Y continuando con el universo de lo que se dio en llamar mallas en los 90 (ahora rebautizadas como leggins, jeggins y treggins; que me dará para un posible artículo), destacaban las de moda, que venían de Francia; los fuseaux acabaron convertidos en los confeccionistas nacionales -de clara lógica, además- en; ¡difusores!

fuseau
Difusores de moda, de cultura, de estilo, de estilismo y de gusto, ante todo.
Porque la clase, nunca hay que perderla, y sí, para eso están los trucos para mejorar la figura; como una raya vertical que estirilice -si al menos la esterilizara ya tendríamos algo ganado-, pero no, la realidad es que a veces estilizan, otras, ni eso.
Y como puestos a inventar, no hace falta más que medio escuchar un sonido, los estampados posicionales panneaux –los pañuelos de Hermés- pasaron a convertirse en panol. Por no olvidarnos de cómo una cenefa se desdibuja sin estupor alguno en fenefa para rematar tejidos, como se remata un artículo, con un gran final, con el delicioso bocatto di cardinale de este pequeño y humilde diccionario de infamias –textiles-.
Porque no hay nada como envolver el cuerpo con un tejido ligero, suave y lesbiano ¿no?
Pues no.
Los tejidos livianos pueden ser para el verano, pero no entienden de sexo, no al menos, de momento. Con los años, y los demás desprecios del sector, que aún se mantiene en pie, -resiste, resiste- ya veremos.

liviano 2
PD: Hoy Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia (*), aprovecho para agradecer a la memoria y comentarios de quienes me habéis aportado material de infamias para tener dónde pinchar con cuchillo y tenedor. Lo he disfrutado mucho, y espero contar con más recuerdos para una segunda parte. De nuevo, gracias.

(*) Conmemoración en Argentina de las muertes de civiles, de desaparecidos, que gracias al apoyo de organizaciones de derechos humanos el proyecto se convirtió en ley.