concupiscencia
Del lat. concupiscentia.
- f. En la moral católica, deseo de bienes terrenos y, en especial, apetito desordenado de placeres deshonestos.
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Atrás, atrás sucede la infancia.
Y allí, se abrían puertas y ventanas. También se escuchaba música. Se aprendían palabras.
- Mamá ¿qué significa concupiscencia?
- Míralo en el diccionario.
Quizás aquellos días, fueron, sin saberlo, el germen de estos textos. Y el diccionario era otra ventana abierta, como la música. Todo un universo por explorar, por descubrir, entre palabras y melodías.
Fue así como me acerqué a la poesía: a ciegas, sintiendo palabras que no entendía pero que sonaban bonitas.
Y con los años, y la vida, aprendí a entenderlo.
Se me agarraron sus letras. Y echaron raíces. Aún hoy crecen.
Aunque lo hagan en silencio, están ahí. La concupiscencia secreta de tu alma…
Ahora el jazmín huele a muerte. Aunque vuelva la primavera.
Se desenredan canciones, son recuerdos, hogar, también familia.
La canción de mis padres, la primera que aprendí, las que llegaron con el desamor, o las que crecen en la piel. Todas ellas. Son voraces. Irreverentes. Sin piedad.
Se dibujan en este silencio donde queda la música de un trocito enorme de mi infancia.
Aute fue ventana abierta.
Fue más que música y poesía.
Fue el vuelo de un cometa, de estrellas fugadas que brillan como una enorme luna llena.
Fue el regalo de la imaginación y la sensibilidad.
Fue el sentido común y el sentido del humor.
Fue anhelo, deseo y ternura.
Y esa ventana, siempre estará ahí, abierta, dejando volar al cometa, libre y lúcido sin que cunda el desánimo. Arañando el polvo, porque desde ahí, también se escribe, sin convertirse en elegía, tan sólo, dos o tres segundos de ternura.
Gracias por tanto.
BSO. CD Mano a Mano. Aute/ Silvio.
Anda.
Las cuatro y diez.
Dos o tres segundos de ternura.
Queda la música.
Sin tu latido.
La belleza.
Y otras tantas que marcaron mi infancia, mi adolescencia y mi presente. Pero sobre todo, mis letras, los textos que alimentan besan mi boca.