97. A- normalidad (que no autenticidad).

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normalidad

  1. f. Cualidad o condición de normal. Volver a la normalidad.

 

normal

Del lat. normālis.

  1. adj. Dicho de una cosa: Que se halla en su estado natural.
  2. adj. Habitual u ordinario.
  3. adj. Que sirve de norma o regla.
  4. adj. Dicho de una cosa: Que, por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano.

 

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¿Qué es eso que llaman normal?

¿Qué nos convierte en norma-les?

Se aspira a una normalidad que, quizás, no sea más que una entelequia. Una ilusión, un espejismo donde disimular fallas, ésas que no son más que las cicatrices que nos hacen humanos.

¿Por qué tanto en empeño en camuflarlas, en camuflarse?

¿De dónde nace esa necesidad de normalizarlo todo?

Todo, sí, incluidos: sentimientos, miradas, vidas.

Años de mensajes en una dirección no desaparecen en un parpadeo. Aunque, al fin, convivan con realidades divergentes. Las hay que, incluso, parten de esta sociedad mercantilizada, donde el marketing, en dirección -obstinada y- contraria: busca la diferencia en un mundo de aplastante normalidad, cuando la realidad parece clonarse a sí misma, y no en las virtudes.

Ya lo cantaba Brassens “no, a la gente no gusta que, uno tenga su propia fe”.

¿Así seguimos?

 

La normalidad se convirtió en elogio paradigmático frente a cualquier tipo de cuestionamiento incómodo. Por tanto, ¿es lo normal excluyente?

Cabe pensar que sí. Quizás una exclusión pasivo agresiva que se alimenta de un reflejo distorsionado.

Porque, cada uno somos normales a nuestra manera. Es la mirada del Otro la que nos constituye en una a-normalidad que quizás, no sea más que un reflejo.

Que lo habitual sea normal es estadística, donde también hay trampas.

Trampas de todos los colores y sabores, a elegir: de quienes se conforman o les falta valor de ser quienes verdaderamente sienten que son. Porque la sociedad da mensajes contradictorios: tienes que ser tú mismo, -pero si no eres demasiado fuera de lo común, entonces, mejor esfuérzate en que no se te note demasiado-.

¿Aún? Sí, aún. La autenticidad no es un valor barato.

Lo habitual, o normativo como se dice actualmente, no debería descartar el resto de opciones. Porque, aunque no se miren, existen.

Quizás, algún día, la normalidad no sea más que la propia mirada, sin justificaciones.

Porque lo que para mis vecinos es tremendamente normal, para mí puede no serlo. La clave está en respetar el espacio ajeno. No invadirlo. No imponerlo.

Así pues, dicen que volvemos a la normalidad, sea nueva o no, pero ¿existió alguna vez?

 

Para quien hace alunizar en la autenticidad.

BSO. Nana Blues. MOON LANDING.

96. Ventajas.13.

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13 y último.

 

 

Y la cruzas.

Atraviesas la puerta, los portazos y los ruidos.

Siguen volando aviones de papel. Los niños, y no tan niños, corren detrás de ellos.

 

Cuentan que los deshabitados desaparecieron como si fueran una nube de polvo de tanto acumular invisibles. Líquidos, monetarios y contagios.

También las palabras de los aviones vacíos que escondieron en sus despensas.

En ellos, mágicamente, se escribieron sus legados, cediéndolo todo a quienes llenaron sus cazuelas cuando tuvieron hambre. Quienes sí pudieron leer los mensajes secretos a escondidas.

Hubo de todo.

Desde paciencias hasta breves declaraciones de amor -finito-.

 

Dijeron que la magia podía ser tramposa.

Como los hechizos, como la envidia.

Recetas, hubo muchas.

Y el mundo no dejó de girar.

Aunque aún no supieras cuál era el secreto mejor guardado que seguía volando.

Que tomaría el cielo -y tu cuello- por asalto.

 

– Y ahí lo tienes, a tus pies. –

 

El avión que, como la mejor casualidad, quizás, te estaba esperando.

Miras hacia los lados. No hay nadie.

Te ha caído a ti, piensas.

Lo recoges y lo abres.

Lees.

Vuelves a leer.

Miras de nuevo a ambos lados.

Vuelves a leer esas tres palabras que se te atraviesan como un mal chiste.

Ése, que, sin embargo, acaba con todo:

Fin del simulacro.

 

The end.

¿Qué haríais con lo aprehendido y lo aprendido?

 

“[…] toda verdad tiene una estructura de ficción. Lacan.”

 

Imagen: Autor desconocido.

BSO. Laura, Charlie Parker.

 

 

96. Ventajas. 11.

 

11.

 

Exterior tarde.

 

 

Y entonces, el hechizo se hizo posible.

Volaron los aviones de papel.

En ellos, escritos los deseos, reencuentros, las ganas y palabras que podían seguir sembrando y construyendo un mundo mejor. O quizás, menos hostil.

Desde el anhelo de un cambio real. No desde una necesidad circunstancial y temporal. Ésa era la clave.

 

– Ahí está la enorme diferencia, te dices. –

 

Los aviones cayeron sobre parques, estanques y calles que se fueron llenando poco a poco.

También a los pies de muchos de los deshabitados.

Ellos llevaban tiempo fuera, sin dejar de hacer ruido.

Cuentan que los hubo que corrieron a por ellos, a guardárselos en los bolsillos -llenos- y los llevaban a casa como un botín.

 

Quizás los aviones de papel se hubieran convertido en la piedra filosofal.

Quizás contuvieran el secreto de la fortuna y de la felicidad.

 

Lo que no olvidaban, era que, igual que los cerebros eran de un uso, sólo una mirada limpia podría leer los mensajes.

Para el resto, no serían más que aviones de papel vacíos.

Tanto, como el eco que resonaba en aquel lugar.

Aquel, que, paradójicamente, se fue alimentando de odio.

Contagiándose e infectándose.

 

Después de todo, quizás el mundo no fuera a ser mejor, piensas.

Pero espera.

Silencio.

Otro silencio.

 

– Como en un truco de magia, sonríes. –

 

(Continuará).

Imágenes: Matteo Massagrande.

 

96. Ventajas. 2.

2.

Dos de mayo.

Interior día.

 

– Ves, no fue tan difícil. A por más. –

 

Dos años sin dormir así. Es un comienzo, te dices. Un buen comienzo.

Y descansada, encuentras tiempo. Para todo lo que llevabas tiempo posponiendo.

Tú. Claro. Porque tú también estás ahí. Haciendo malabares con demasiados platillos.

Platillos volantes. Platillos que el año pasado se fueron sumando y tú fuiste improvisando guisos. Y, pudiste con ellos. Muy bien, claro que sí, pero no hace falta. No hace falta estar siempre al borde del abismo.

 

– Piensa, tu segunda ventaja. –

 

Tiempo. Llevabas meses necesitando tiempo.

Ahí está, para ti. Respira, que aquellos a quienes quieres, están bien, y eso, va a ser lo único que importe. Porque el tiempo, sin salud, no sirve. Y la salud, sin tiempo, acaba por resentirse.

 

(Continuará).

 

BSO.

Dos de mayo. Krahe.