95. Cómo es un árbol.

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árbol

Del lat. arbor, -ŏris.

 

  1. m. Planta perenne, de tronco leñoso y elevado, que se ramifica a cierta altura del suelo.
  2. m. Pieza de hierro en la parte superior del husillo de la prensa de imprimir.
  3. m. Punzón con cabo de madera y punta de acero, que usan los relojeros para horadar el metal.
  4. m. Cuerpo de la camisa, sin las mangas.
  5. m. Impr. Altura de la letra desde la base hasta el hombro.

árbol de la ciencia del bien y del mal

  1. m. árbol de la vida (‖ árbol que tiene la virtud de prolongar la existencia).

árbol de la seda

  1. m. mata de la seda.

árbol de la vida

  1. m. árbol que, según la Biblia, puso Dios en medio del paraíso con virtud natural o sobrenatural de prolongar la existencia.
  2. m. tuya.
  3. m. Anat. Conjunto de ramificaciones formadas en el cerebelo por la sustancia gris sobre la blanca.

árbol genealógico

  1. m. Cuadro descriptivo de los parentescos de una familia dispuesto gráficamente en forma de árbol.

árbol respiratorio

  1. m. Anat. Sistema orgánico formado por la ramificación de los bronquios que parten del tronco de la laringe y de la tráquea.

 

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No, no me digas cómo es un árbol,

asoma el parque y la primavera desde tu ventana.

Cuéntame las noches, los viajes y las lunas

que dibujas en tu imaginación;

al atardecer, cuando el estruendo nos acerca,

al amanecer, cuando todo está por comenzar.

 

No, no me digas cómo se mecen las nubes,

sueñan los colores que tocamos.

Cuéntame de la piel que nos falta,

la que inventamos entre algodones y viscosas,

cuando tomamos el aperitivo y aún no brindamos,

cuando cenamos recetas que están por regresar-nos.

 

No, no me digas qué son las horas, encierro,

aún se beben las vanidades, el fulgor:

atardecer y amanecer.

No, no me digas pronto,

así se dibujan las ramas secas del árbol,

que, ya, nadie quiere mirar.

 

Tu verbo y el mío conversan,

se enredan jugando,

entre familia, amistad y amor.

Siempre el deseo:

soñemos todos los viajes que no alcanzan.

 

Cierra los ojos:

ilumina inspiraciones, la luna llena en París.

Y tiramos del hilo, ven, vamos a volar.

Deshagamos la ruta de la seda,

de ciudades imaginarias de Marco Polo.

Y mira, ¿lo hueles?

El sándalo y el almizcle,

vístete de noche, primavera,

que son sólo unos cuantos más amaneceres.

Aspira, aspira el rastro que deja

la ruta de las especias.

Son el laurel, la pimienta y el azafrán,

la sal, el pimentón y la canela,

son nuestros apetitos despiertos.

Nuez moscada, clavo y cardamomo.

Cúrcuma, vainilla y comino,

alimentan secando distancias.

 

No, no me digas cómo es un árbol,

entre Oriente y Occidente.

Ven, dibújalo con todas las palabras que llenan ausencias.

 

A mi madre.

No puedo llevarte de viaje por tu cumpleaños, pero aquí tienes este viaje sólo para ti, para nosotras.

Ven, vamos a volar despiertas.

Lunes 20 de abril 2020.

 

BSO.

Jordi Savall: Lachrimae Caravaggio (Hespèrion XXI)

92. Sea autónoma, no sea usted original.

autónomo, ma

Del gr. αὐτόνομος autónomos.

 

  1. adj. Que tiene autonomía.
  2. adj. Que trabaja por cuenta propia. U. t. c. s.

 

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Sea.

Sea ese lugar donde se tejen historias, o donde se narran tejidos.

Terreno de pago, peaje que no garantiza ingresos, que exige cuotas.

Y así, se alimenta el mito: trabajar por cuenta propia no necesariamente implica autonomía. La realidad se impone. Se convive con muchos rostros. Con muchas miradas. Empresas que producen réplicas, que no replicantes. Tener voz se paga con cuota propia. La que la censura negó, borrando sus nombres, su palabra. Lo que ocurre en el oficio textil, ocurrió también en el textual. Convergen en ese lugar común. Aún hoy sucede que la autoridad profesional varía en función del género. Escribo, claro, desde lo que conozco.

Ser hija de, esposa de, amiga de… en de vez de ayudar, eleva el listón. Las expectativas crecen porque se convierten en un tratado donde las contradicciones hacen reino: de la profesionalidad, de estereotipos, y también de impertinencias que, con otro nombre o apellido, no serían ni cuestionadas.

Aún pesa la firma masculina sobre la femenina en muchos ámbitos. Y no se trata de darle la vuelta, se trata que el nombre o no cuente, o lo haga en la misma dirección.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-46293652

No está tan lejos como cabría suponer. Y reivindicar un nombre puede continuar siendo revolucionario. Que nuestro trabajo no dependa de ponernos guapas o sonreír más.

El trabajo bien hecho, poco tiene que ver con adornos. Con agradar a la mirada del otro. No somos complementos, aunque podamos ser complementarios.

La autonomía no es una falsa conciliación, como tampoco muchas otras trampas que, sin querer, nos atrapan.

Pero también, forman parte de esa construcción que no debe satisfacerse nunca del todo, del mismo modo que una actitud crítica y de resistencia. De reclamar que se valore un sueldo, un trabajo, dejando a un lado las sonrisas y las minifaldas. Del mismo modo que, se suceden actitudes que perpetúan luchas de poder, rivalidades, y nos alejan, quizás de esa sororidad que también resulta utópica.

No, no necesitamos que nos salven. Necesitamos que no nos ensucien el camino.

No necesitamos que nos protejan. Necesitamos que el mundo no sea un lugar hostil del que cuidarse.

No necesito que me lleven las maletas. Necesito que no me hagan de menos por hacerlo yo, sola.

No necesito que me empujen por ser mujer y escribir. Necesito que no importe que lo sea.

BSO. Will the circle be unbroken. sufragistas.

Gracias a mis padres, y en especial a mi madre, que me hicieron el mejor regalo que podían hacerle a una niña como yo: no poner techo a mi imaginación.

Así se rompe la rueda.

90. Blues -de azul- atlántico.

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Blues.

Voz ingl.

  1. m. Forma musical popular surgida entre la población afroamericana del sur de los Estados Unidos de América, que se caracteriza por su ritmo lento y su tono melancólico.

 

 

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Ser ese rincón que se mece de Atlántico.

Blues de madrugada que nos prometimos,

segundos antes del atardecer.

Mojándolo todo.

El azul me sabe a poco, dijiste,

la luz reflejó los azulejos donde no te miraste volver.

Y como una canción sin dueño,

como dos amantes sin tiempo,

llenamos de sombras la orilla.

No fue el faro el que iluminó la noche,

nos crecieron noctilucas de los pasos que perdimos.

Y pese a todo, o precisamente,

quiero ser el azul que bebe de tus labios

en este año de Blues -azul- atlántico.

Felices años veinte.

Felices los felices -que decía Yasmina Reza-,

que tiñan de este azul atlántico, vuestros jugosos deseos.

 

BSO. John Lee Hooker, Hobo Blues.

 

80. De tejidos y textos. -O viceversa-.

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De la Exposición de Banksy Madrid 2019

texto

Del lat. textus; propiamente ‘trama’, ‘tejido’.

  1. m. Enunciado o conjunto coherente de enunciados orales o escritos.
  2. m. Pasaje citado de una obra escrita u oral.
  3. m. por antonom. Sentencia de la Sagrada Escritura.
  4. m. Todo lo que se dice en el cuerpo de la obra manuscrita o impresa, a diferencia de lo que en ella va por separado; como las portadas, las notas, los índices, etc.

 

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Fuimos tejido escaso quienes habitamos la última edición de Première Vision: la feria de las ausencias.

Las que se mencionan y las que no se nombran.

Las que llevan años ocurriéndonos en este entramado de tendencias, donde se cruzan textiles y textos. A veces viceversa.

Aprendí de las tramas antes que de las urdimbres; deshaciéndolas, tirando del hilo, descomponiendo texturas, tesituras que vinieron -impuestas- de telares ajenos.

Fueron las tramas refugio.

Las que poco a poco se convirtieron en oficio, que años atrás parecía improbable. Y así fue, de cómo una situación difícil se convirtió en oportunidad; como Anni Albers, diseñadora textil, se construyó a través de su telar, haciendo híbridos, mezclas que unían texto y textil, haciendo de trama y urdimbre, sus herramientas, su página; aprovechó sus temblores para hacer de ellos discontinuidad, irregularidad en su obra que rompió el racionalismo y la pureza gráfica de la que venía y hacerlos signo de identidad.

La misma que ahora, se convierte en esa hilatura especial, que hace que ferias pasadas se llenaran de experiencias, de pasillos, y de más de una y de dos carreras.

Anni Albers, el tejido como texto

Anni Albers, el tejido como texto

Así discurren los dos oficios que me nombran; donde texto y tejido comparten raíz y alimento.

Un tejido resulta del entramado de hilos que, por trama y urdimbre, construyen una estructura. Del mismo modo, un texto se crea mediante entrelazar palabras que generen un discurso, significado.

Además, dice la RAE que un texto es un enunciado o conjunto coherente de enunciados orales o escritos.

Coherente.

Y la coherencia se paga cara, no es propia de valores baratos que hacen de las ideas, una pila de carros color coral, bien llamativos, que inunden las paredes de luces de neón potentes, y así, la feria de las ausencias, se convierta en un nuevo aniversario del trabajo, pero también de las vanidades.

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De aquellas tramas: esta curiosidad que crece y crece, convirtiéndose en el estímulo necesario para seguir creciendo y aprendiendo en los tejidos y textos que nos habitan.

Años entre tramas y urdimbres no se cumplen todos los días.

Gracias a compañeros que ya sois amigos, os dedico este texto tejido que, con vuestro trabajo y cariño, aprendí más que de textiles.

BSO. The love me or die. C.W. Stoneking.

 

72. En pijama.

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pijama

Del ingl. pyjamas, este del hindi pā[e]ǧāma, y este del persa pā[y]ǧāme ‘prenda de pierna’.

 

  1. m. Prenda para dormir, generalmente compuesta de pantalón y chaqueta de tela ligera. En algunos lugares de Am., u. t. c. f.

 

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El pijama sabe a mi infancia.

A cuando mi cama volaba y viajaba de noche.

A cuando me dormía entre canciones y cuentos.

 

Pijamas hubo muchos, los que siguieron a mi niñez, incluso salieron de mi cama para ver la luz de la luna, la del sol.

Aquellos que volaron conmigo, por fin encuentran su lugar en las tendencias que asaltaron pasarelas que anticipaban una primavera relajada -o eso dicen las revistas- que yo definiría más bien como convulsa, donde los tejidos más o menos guerreros, más o menos lenceros dibujan siluetas.

Las mismas cuyas composiciones revelan sueños desiertos, incluso despiertos; a saber, el algodón, la viscosa y con suerte, el tencel, incluso el lino y la seda (a evitar el poliéster para una prenda que puede ser íntima, o no).

 

Y de los recuerdos; la infancia y las bengalas, ahí donde el textil se mezcla con otras tramas, las que alimentaron noches de verano hasta rematar los años 80.

Los pijamas estaban compuestos por:

  • Flan.
  • Nata montada, mucha nata montada.
  • Helado variado.
  • Almíbar de melocotón y/o piña al gusto.
  • Fresa/ frambuesa.
  • Barquillo.
  • Decorados alegremente por sombrillitas y una bengala.

Sí señoras y señores, un postre con bengala. La misma que iluminó a muchos desde los años 50 hasta los 90.

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Todo empezó en Barcelona, 1951 con el desembarco de la Sexta Flota marina de Estados Unidos. Los americanos, no sabemos si ya eran recibidos con alegría, atracaban en puerto barcelonés y se dejaban el parné estadounidense en la zona, donde estaba y se mantiene el restaurante Les 7 Portes. Los oficiales pedían de postre Peach Melba, cuya creación venía del norte de los Pirineos por el chef Auguste Escoffier en 1892 como homenaje a Nellie Melba, la también llamada soprano de melocotón.

La receta compuesta de helado de vainilla, melocotones y salsa de frambuesa, comenzó a ser muy demandado y en respuesta a la demanda extranjera del original Peach Melba que no estaba en la carta, se creó el “pijama” cuyo nombre se tomó por el parecido fonético del original y se convirtió en receta local, según cuenta el actual director del 7 Portes, Francesc Solé Parellada, nieto de su autor.

Y así, se extendió como la pólvora, desde la costa hacia el interior, el precedente de los surtiditos variados de postres, que hoy parece relegado al olvido.

Pero no desesperen, dicen que todo vuelve, como el gin tonic, el vermouth o el bitter, como las relajadas tardes en boga-boga mariñela– de esta primavera, tendencia que hubiera hecho las delicias de la Gabrielle Chanel más reivindicativa por la comodidad y la libertad de movimiento.

¿Viviremos la -otra- renovación del pijama?

¿Quién iba a pensar que llegáramos a este entramado de textil y memoria del paladar?

Mientras, se renuevan los clásicos como improbables volátiles…